Llegó el día y finalmente van a empezar a planificar su boda. Puede que hayas empezado a soñarla desde que eras pequeño o que recién estés enterándote de todo lo que implica casarse, pero ya no lo pueden dejar pasar más, es hora sentarse y empezar a determinar qué tipo de boda es la que tienen en mente.
Y antes de tomar cualquier decisión, tú y tu prometid@ deben estar en la misma página.
A continuación encontrarán 3 conversaciones fundamentales que debes tratar con tu pareja tan pronto haya pasado la emoción del sí quiero.
1. Conversación 1 - La boda de sus sueños
Es hora de comparar ideales y obviamente, la boda de sus sueños! Separen un buen tiempo, la mañana de un fin de semana por ejemplo, para discutir el ambiente, el estilo, el tamaño y la mejor época del año para realizar su boda. Todo vale, es la fase de soñar. Talvez tu sueño sea un boda íntima en otoño, en un viñedo maravilloso o una fiesta épica en la playa con 400 invitados. Busquen similitudes en sus ideas, puntos en los que estén de acuerdo, y si quieren cosas diferentes, “vayan al origen de las cosas” recomienda Elana Katz, consultora de parejas de NY: “Pídele a tu pareja que te cuente más sobre porqué sus argumentos e ideas son tan importantes para él/ella”. Entender el por qué detrás de una idea puede ayudar a que tengas una mejor perspectiva de sus razones y posiblemente, llegar a un compromiso sobre ciertos puntos.
2. Conversación 2 - Las Prioridades
Ahora que tienen la visión del día más clara, decidan qué detalles valoran más. Este día es sobre ustedes dos, así que si determinan juntos qué es lo más valioso e importante de esta celebración, de esta forma el proceso de planificación se facilitará muchísimo. Será una orquesta que mantenga a sus invitados bailando todo el tiempo? Comida deliciosa y original para satisfacer a los “foodies” de tus amigos? Un food truck de tacos para después de la fiesta? Tengan estos detalles en mente al momento de determinar su presupuesto y escoger el lugar perfecto para este día.
3. Conversación 3 - El Dinero
No puedes planificar absolutamente nada si no sabes cuál es tu límite y, “el punto de inicio debería ser lo que tú y tu prometid@ pueden abarcar, y no cuánto cuesta todo lo que quieren” comenta Alexa von Tobel, fundadora de LearnVest y autora de Financially Fearless. Sumen lo siguiente: cuánto efectivo tienen, cuánto de ese efectivo están dispuestos a gastar, cuánto pueden ahorrar antes de la boda y al final, cuánto pueden aportar sus padres (si es que pueden contar con su ayuda, claro). Así determinas tu presupuesto. “Cuando obtengan ese número, resten un 20% para prever cualquier gasto extra” recomienda von Tobel “Es mejor que tengas un excedente que darte cuenta que estás hasta el cuello a la mitad del camino.”